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El puente giratorio sobre el Canal Oeste

El puente giratorio del Barrio Campamento nace de un acuerdo por reducir peajes en los rieles interiores del Puerto, entre el Ferrocarril del Sud y la empresa Muelles y Depósitos, el 1º de abril de 1908.

Para el 9 de noviembre de 1911, la firma Frodymgham, Iron & Steel, a la que se había encargado la obra, tenía encajonadas y listas para embarcar las piezas del "meccano" y las carpetas de la ingeniería para el anclaje sobre el que iba a girar el "plato" del puente.

Pero en el puerto de Londres se desató una violenta huelga obrera que, para hacerla más efectiva, los militantes ácratas borraron destinos y rompieron precintos tanto de muchas cajas destinadas a ultramar como de consumos internos.

Así que a Río Santiago llegó un puente incompleto que se depositó en los actuales terrenos de las calles Córdoba y Pasaje Lavalle por la Dique (actual Almafuerte).

Mientras el Estado Nacional presionaba a Muelles y Depósitos por incumplimiento en los plazos de construcción, el Ferrocarril del Sud intimaba a la siderúrgica inglesa que, entre flema británica y disturbios de entrega por paros gremiales, llevaba cuatro años de atraso, con pagos a distintos peajes y costos operativos incalculables por uso de rieles ajenos que se pensaba solucionar con alargar 500 metros el ramal terminal Ensenada hasta el proyectado puente.

Finalmente, recurriendo a su archivo de plantillas y gálibos la Iron & Steel Sons Co. construyó la parte faltante del puente que desde el Barrio Canal Oeste prolongaba en un quiebre la calle Colón (hoy Horacio Cestino), y que fue inaugurado, a horas del último remache, el 21 de diciembre de 1913, sin ninguna ceremonia.

La artista Nora Carballo decoró el refugio de Almafuerte entre Ortiz de Rosas e Italia tratando de mostrar lo más representativo de los dos barrios que por medio del ferrocarril se unían saltando los 45 metros y 7 pies de profundidad del Canal al Dique de Cabotaje, cada vez que una formación con destino a Muelles y Depósitos Ltd. Co. lo atravesaba con su carga, generalmente con trigo destinado a la exportación.

Apunte de Adolfo González

N. de la R.: El día que se inauguró el Puente Giratorio, el entonces niño Enrique Pérez fue, con un grupo de amiguitos, "a ver cómo se caía el puente cuando pasaba el primer tren". Eso no sucedió. El puente soportó durante muchos años el paso de trenes cargados hacia el Puerto. Hoy es una olvidada reliquia que no sabemos valorar.
Enviado por el
Prof. Daniel A. Galatro
virtualoyd@hotmail.com

1 comentario:

PV dijo...

Excelente comentario, te felicito. Es la mejor reseña que pude encontrar sobre el puente en internet, y veo que es original tuya, a pesar de que la encontré reproducida en otra pagina. Voy a volver a reproducirla pero aclarando tu autoría, en otra página de un grupo ciclista gracias a los cuales conoci esta maravilla. Comparto tu admiración y tu desencanto, este puente es tan maravilloso que hasta funciona como espejo, y nos devuelve la imagen de nuestra propia miseria. La miseria no sólo económica de haber destruido la infraestructura ferroviaria , sino la tambíén la miseria de no ser capaces de ver, darnos cuenta, y valorar un tesoro como este , del que quedan pocos en en pie en el mundo. Gracias por la información.

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